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martes, noviembre 25, 2003

010. La Dama de Shalott, John W. Waterhouse, 1888 

A veces leemos o vemos cosas que no nos marcan necesariamente, pero que guadamos en nuestra memoria, allá al fondo, en el cajón de ”varios”, y otro día, años más tarde, aparecen por donde lo esperamos.

Mi primera noción de algo llamado “La dama de Shalott” viene de un libro de Ágata Christie, “El espejo se rajó de lado a lado”, cuyo título hace referencia a la impresión que alguien tuvo cuando “algo” ocurrió que motivó un crimen... en el libro se hacía referencia al poema de Tennyson y se transcribían algunos versos, pocos, del poema.

Años más tarde, en 1991, fui a Londres por primera vez en mi vida. Yo, un auténtico anglófilo por culpa de William Brown y de los Famous Five, cumplía mi sueño de ir a Inglaterra... desde luego que no me perdí los museos (estudiaba tercero de Bellas Artes por entonces) y allí descubrí cosas maravillosas... como el retrato de Lady Colin Campbell de Boldini en la National Portrait Gallery, la obra de John Singer Sargent en la National Gallery, o los Prerrafaelitas en la Tate Gallery.

De entre todos los cuadros de la sala de prerrafaelitas el que más me impactó fue La Dama de Shalott, que John William Waterhouse (un pintor de la segunda generación de Prerrafaelitas y que, para mi gusto, es el que mejor supo plasmar los ideales medievalistas de la Inglaterra de aquellos años) pintó en 1888. Si bien hay varios cuadros referentes al mismo tema, e incluso al menos dos más por el propio Waterhouse, este cuadro (en el que la dama es llevada por la corriente en un bote a la deriva, en busca de la imagen de Lancelot, el hombre más bello al que vió a través del espejo, el mismo que al ver su cadáver en los muelles de la ciudad real exclamará ante su belleza) es el más impresionante de todos.

He guardado la imagen del cuadro en mi cabeza desde entonces, 12 años de momento, y sigo opinando que es uno de los cuadros más bellos. Tal vez la reproducción no sea la más idónea, pero deja ver ese “algo” que se ve en el cuadro original... la expresión de la dama de Shalott, sabiendo que va a la muerte, pero que aún así va a buscar a ese caballero al que vio a través del espejo, y al que siguió con la mirada hacia Camelot, desencadenando así la maldición que pesaba sobre ella. “La maldición ha caído sobre mí”, dice la dama de Shalott, y sale de la torre en la que bordaba, aburrida, para encontrar algo más, no lo sabe muy bien, pero que al mismo tiempo que es la vida que desea, es su muerte.

Y ahora os dejo, que mi Lancelot está a punto de llegar y hoy no he bordado nada...


Nota: juro que el link al poema en inglés con su traducción al español funcionaba ayer... por si acaso he encontrado lo mismo con traducción al italiano en la págna de Loreena McKennith, por si acaso.
Tengo estos nuevos y de enetation (ya sabeis lo que pasa con él), estos otros

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