El cajon de las gafas

Y de lo que me alegro,
es de esta labor tan empezada,
este trajín humano de quererte,
no le voy a acabar en esta vida;
nunca terminaré de amarte.
Guardo para el final las dos puntadas,
te-quiero, he de coser cuando me muera,
e iré donde me lleven tan tranquila,
me sentaré a la sombra con tus manos,
y seguiré bordándote lo mismo.
El asombro de Dios seré, su orgullo,
de verme tan constante en mi trabajo.

De entre todos los poemas de Gloria Fuertes, me quedo con este poema de amor... a saber porqué.

Bueno... en la época en que lo descubrí acababa de romper con alguien a quien quería mucho todavía y como que se me quedó ahí clavado el poemita... pero también por Gloria, porque ahí donde la vemos, tan bonachona, tan buenagente, tan amiga de todos, la pobre debió de sufrir mucho en plan de amores (no hay más que leer sus libros) y, para que escribiera un poema como este...

Por cierto, ¿a que no adivinais a quién se lo dedico?

Os pongo otro enlace a otros poemas.